viernes, 25 de marzo de 2011

Buscaba a un chongo, pero encontró a su hermano

Sarah Kemp de 42 años viajó desde su hogar en Edimburgo hasta Londres con el corazón a flor de piel, dispuesta a enamorarse de George Bentley, un británico como ella al que conoció en un sitio de citas online.
Sarah y George habían comenzado a escribirse mails y a intercambiar fotos e historias después de que se contactaran vía web.

A los tres meses, ambos decidieron dar un paso más y conocerse. Se citaron por primera vez en Londres. Durante el almuerzo comenzaron a hablar de su infancia y entre recuerdo y recuerdo se dieron cuenta que ya estaban unidos, pero por otros lazos: eran hermanos.

Los hermanos crecieron juntos hasta que sus padres –que nunca más volvieron a hablarse- se separaron en 1975. Sarah, que entonces tenía solo seis años, se fue con su madre a Edimburgo, mientras que George, de 11, se quedó con su padre en Londres. Los separaban poco más de 640 kilómetros.

Aunque de adultos intentaron reencontrarse, todos los esfuerzos fueron en vano. Ella se había casado en 1989 y cambiado su apellido. Su hermano no lograba ubicarla. Por eso nunca pensó que esa mujer con la que iba a reunirse en un pub de Londres podía ser ella.

Las posibilidades de encontrarse del modo en que lo hicieron son de una en 500 millones, aseguran las casas de apuestas británicas que están anonadadas con la historia. Es 35 veces menos probable que ganarse la lotería dicen.

Increible lo que puede pasar gracias a Internet, no?

miércoles, 9 de marzo de 2011

Millones de peces muertos en la costa de EE.UU.

Por causas que aún se investigan, millones de peces muertos fueron encontrados flotando junto a un complejo de muelles en la zona portuaria de Redondo Beach, al sur de California.
Los dueños de los botes se despertaron para encontrar una suerte de alfombra de pequeños peces plateados que rodeaban sus veleros, declaró Staci Gabrielli, coordinador marino del puerto King, en la costa del condado de Los Angeles.


Los expertos, quienes creen que los peces son anchoas y sardinas, todavía tienen que determinar qué sucedió, pero Gabrielli dijo que los peces parecieron moverse hacia la marina para escapar de la marea roja, un brote de algas tóxicas que ocurre naturalmente pero que puede envenenar a los peces o dejarlos sin oxígeno.


Los fuertes vientos de la madrugada pudieron haber atrapado a los animales en el puerto, aplastándolos contra una muralla, se les acabó el oxígeno y se sofocaron, dijo el funcionario.
En principio, la congregación masiva de peces en un área relativamente pequeña pudo provocar esa falta de oxígeno, aunque fuentes del ayuntamiento local indicaron que se están realizando exámenes al agua del puerto para determinar la existencia de posibles toxinas o escapes de aceite u otras sustancias.


David Caron, profesor de ciencias biológicas de la institución, dijo que la presencia masiva de algas en una zona concreta no sólo provoca un alto consumo de oxígeno sino que también producen toxinas que pueden resultar mortíferas para la vida marina.
Los peces muertos estaban tan apretujados entre sí en algunos lugares que Gabrielli informó que los botes no pudieron salir de la marina. El puerto King es uno de varios en la costa de la bahía de Santa Mónica, a unos 40 kilómetros al sureste de la ciudad de Los Angeles.